Por, Licenciado: Pastor, Pedro Acosta Barreto, Presidente & fundador del Concilio: Iglesia Cristiana Emmanuel & Presidente Nacional de Educación Cristiana del concilio: Avivamiento Emmanuel del Perú
¡Hola! Mis estimados amigos y lectores de este humilde y sencillo blog, que de vez en cuando escribo y plasmo sobre mi vida y praxis pastoral, lo cual mi propósito es que cada lector asiduo, inteligente y sencible pueda serle de bendición.
Estos últimos días no me he atrevido sentarme frente al computador a escribir porque considero que estoy “caminando” por un “desierto”, y que a lo mejor he visto agotarse el "agua" y el "pan" como en el caso bíblico de Agar e Ismael.
Un domingo 21 de Febrero- 2011, me da una parálisis facial periférica lado izquierdo, era aproximadamente las 9:30 de la noche de aquel día desastroso y triste.
Cuando mi rostro se desfiguró totalmente quedé asustado lleno de incertidumbre y tristeza, mi mundo interior se desboronaba lentamente como un edificio cuando es dinamitado y cae a la superficie.
Perdí la esperanza de volver a tener mi rostro sano y sin secuelas. Musité en mi corazón diciéndole a Dios, Papito ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal? Etc.
Cuando mi rostro se desfiguró totalmente quedé asustado lleno de incertidumbre y tristeza, mi mundo interior se desboronaba lentamente como un edificio cuando es dinamitado y cae a la superficie.
Perdí la esperanza de volver a tener mi rostro sano y sin secuelas. Musité en mi corazón diciéndole a Dios, Papito ¿Por qué a mí? ¿Qué hice mal? Etc.
Mi familia asustada (no era para menos) y sus rostros denotaban pánico e incertidumbre, era muy noche y en nuestra comunidad no tenemos hospitales, el hospital más cercano está a 60 km de distancia, el camino es agreste, la única forma es llegar a la panamericana asfaltada en burro, caballo o motocicleta en una distancia de 10 a 12 km, y luego esperar un camión o tráiler para que te puedan llevar hacia la ciudad donde se encuentra el hospital.
Al siguiente día tuve que esperar el único microbús (bus) que llega a mi pueblo para que me traslade hacia la ciudad más cercana para acudir al hospital, era día lunes, el Neurólogo concluye que la parálisis es de consideración grave, y no me daba buenos pronósticos de curación total. En ese instante atiné a agradecerle a Dios y sentí una paz incomparable y Dios me mostró Isaías 57:10 “En la multitud de tus caminos te cansaste, pero no dijiste: No hay REMEDIO; hallaste nuevo vigor en tu mano, por tanto, no te desalentaste”. Repito, era día lunes, y el día jueves tenía que viajar ocho horas en bus a la capital Perú porque el día viernes tenía que viajar a Santiago de Chile a cumplir una misión impostergable preparada con un año de antelación.
Cuando le comparto al Doctor respecto a mi viaje, a lo que me responde: ¡¿tú estás loco? ¿Acaso quieres morir?!__ Mi respuesta fue: Doctor, si, es cierto tengo algo de locura, aprecio su capacidad como doctor pero yo debo viajar, mi doctor divino (Dios) me ha dado "luz verde" para viajar.
Subí al avión rumbo a Santiago, durante el vuelo no cesé de orar y dar gracias a Dios, mi corazón quebrantado cobraba ánimo y paz; a mi arribo a esta gran nación, el pastor Francisco Pérez Godoy que aguardaba por mi llegada en el aeropuerto, cuando le abracé sintió un toque especial inigualable de Dios y lloró...
Dios empezaba mostrar su gloria y su poder, las familias disfuncionales se acercaban a Dios, los jóvenes tenías esa pasión por Cristo, las economías domésticas mejoraban, las personas aceptaban a Jesús como su Salvador y Señor de sus vidas, bautizamos más de 24 almas, presentamos cuatro bebés, y ordenamos dos pastores.
Dios había visitado esta ciudad de una manera significativa, a pesar que tenía bastante dificultad para predicar, hablaba y me expresaba poco, y lo más hermoso fue que Dios me sanó al sétimo día, nada de secuelas, nada de parálisis, Dios hizo ese hermoso milagro en mi vida.
Dios empezaba mostrar su gloria y su poder, las familias disfuncionales se acercaban a Dios, los jóvenes tenías esa pasión por Cristo, las economías domésticas mejoraban, las personas aceptaban a Jesús como su Salvador y Señor de sus vidas, bautizamos más de 24 almas, presentamos cuatro bebés, y ordenamos dos pastores.
Dios había visitado esta ciudad de una manera significativa, a pesar que tenía bastante dificultad para predicar, hablaba y me expresaba poco, y lo más hermoso fue que Dios me sanó al sétimo día, nada de secuelas, nada de parálisis, Dios hizo ese hermoso milagro en mi vida.
Estimado lector, la última milla es la que cuenta para Dios, no te desesperes cuando veas que el sol no da su luz. No te asustes cuando veas que los problemas son muy gigantes. No le des la espalda a Dios cuando veas que no tienes salida a tus problemas…
Paralelamente a la parálisis encuentran en los análisis clínicos que tengo un problema hepático y estoy nuevamente en plena lucha por obtener mi sanidad, Dios le devolvió la vida a mi hija María Emilia, e hizo caminar a mi hija Yesly, a mi esposa Dios le sanó totalmente después de haber sufrido un accidente de tránsito. JESÚS que daba vista a los ciegos, hacía caminar a los paralíticos, resucitaba muertos no ha cambiando, es el mismo de Ayer, Hoy y por los siglos, aguardo con fe, tenacidad, sabiduria y paciencia ese milagro para mi vida.
Paralelamente a la parálisis encuentran en los análisis clínicos que tengo un problema hepático y estoy nuevamente en plena lucha por obtener mi sanidad, Dios le devolvió la vida a mi hija María Emilia, e hizo caminar a mi hija Yesly, a mi esposa Dios le sanó totalmente después de haber sufrido un accidente de tránsito. JESÚS que daba vista a los ciegos, hacía caminar a los paralíticos, resucitaba muertos no ha cambiando, es el mismo de Ayer, Hoy y por los siglos, aguardo con fe, tenacidad, sabiduria y paciencia ese milagro para mi vida.
En mi comunidad enfermarse es un “lujo” hay que tener mucho dinero para sanarse, las personas son humildes y sencillas, no se cuenta con un sistema de salud gratuito, el que se enferma le puede ocurrir tres cosas: o se sana porque tiene dinero, o sigue enfermo por el resto de sus días y muere porque no tiene la forma de curarse, o depende exclusivamente de la mano sanadora de Dios para sus vidas.
Hermano,que gran testimonio este,que hermosa historia de fé,tenacidad y de paciencia como dice usted,mi admiración por usted crece cada vez que más lo conozco,su comportamiento es el de un verdadero cristiano,lo cual nos sirve de guía para emular su actitud ante nuestras adversidades, Gracias Hermano, por compartir sus testimonios que son fuertes y ayudan mucho para reforzar nuestra fé en Nuestro Señor Padre . Dios lo siga Bendiciendo y un saludo a su hermosa familia y para usted un fuerte abrazo .
ResponderEliminarGracias amado hermano Eduardo por su comentario acertado. Dios te bendiga a tí y a tú familia.
ResponderEliminarSaludos desde la República de Perú.
Pedro&Betty Acosta