miércoles, 3 de noviembre de 2010

No todo fracaso es fracaso

                                                             Por, Pedro Acosta Barreto
                                                                                                                        

Hay ciertas tormentas en la vida de la persona que contribuyen a que la actitud se estrelle, trataré de enfocar dos tormentas que son predominantes e internas, no son externas, son parte de nosotros y deben ser tratadas constructivamente para que traigan paz y produzca una actitud sana

EL TEMOR AL FRACASO.-  

          La primera tormenta interna es: el temor al fracaso. Hemos tenido muchas maneras de enfrentarnos con eso. Algunas personas son tan determinantes que suelen decir: “Si no tienes éxito la primera vez, destruye toda evidencia de que lo intentaste” El fracaso muchas de las veces lo escondemos, lo negamos, le tememos, lo desconocemos y los odiamos, hacemos todo menos aceptarlo, el hombre que nunca cometió una equivocación en su vida nunca hizo nada. Personalmente me fascina leer la vida de los grandes hombres que marcaron un hito en la humanidad. Una realidad constante en todos es que experimentaron fracasos, en efecto, la mayoría de ellos comenzaron fracasando.
Recuerdo la historia del gran pianista polaco Ignace Paderewsky y la declaración de su profesor__Nunca serás un buen pianista__¡Qué declaración!, sin embargo la historia de Paderwsky cambio el rumbo de su vida convirtiéndose en unos de los mejores pianistas del mundo.
No quiero quedarme en el tiempo ni mucho menos dar la impresión que me gusta vivir del pasado, porque quien vive en el pasado, paraliza su presente y elimina su futuro… ¡Ojo! Muy pocos lo hicieron bien la primera vez, fracasos y repetidos fracasos, son las huellas que hay en el camino hacia el éxito. Aceptar el fracaso en el sentido positivo, es algo efectivo, cuando usted cree que el derecho a fracasar es tan importante como el derecho a triunfar, el experimentar los problemas nos da un gozo más grande  en nuestro progreso si aceptamos el fracaso como un proceso importante para llegar a nuestra meta.
Recuerdo haber leído a uno de mis referentes favoritos de esta era contemporánea al Doctor John C. Maxwell se refirió sobre el sufrimiento y el fracaso: “Es imposible triunfar sin sufrir. Si tiene éxito y no ha sufrido, es que alguien ha sufrido por usted; y si esta sufriendo sin tener éxito, talvez  alguien tendrá éxito por usted. Pero no hay éxito sin sufrimiento”  siguiendo con Maxwell, se dice que hizo una encuesta entre lideres  de iglesias en Estados Unidos preguntándoles: “Qué es lo que les impide hacer una gran obra para Dios” La respuesta  general fue: “El temor al fracaso” inmediatamente predicó sobre el tema: “Fallas, fracasos y meteduras de pata” Todo el contenido de su discurso de Maxwell consistieron en un relato de todos sus fracasos y derrotas.
Debemos correr el riesgo y no quedarse atrás, si decimos trataré, de seguro que fracasarás. Tratar es el riesgo de fracasar. Se tiene que correr el riesgo, por que el mayor peligro de la vida es no arriesgar nada.
          La persona que no arriesga no hace nada, no tiene nada y no es nada, muchas veces reír es correr el riesgo de parecer tonto, llorar es correr el riesgo de ponernos sentimental y amar es correr el riesgo de no ser amado.
El Apóstol Pedro arriesgó a caminar sobre las aguas, no tuvo miedo al fracaso, pero fracasó y aprendió la lección del maestro___ ¡Hombre de poca fe!
El Apóstol Pedro arriesgó en su afán  de defender a su maestro cortándole la oreja de un soldado. Lastimosamente fracasó y aprendió la lección de su Maestro. ¡Al que espada mata a espada muere!
El Apóstol Pedro arriesga declarar su fidelidad hacia su Maestro si fuera posible hasta la muerte, sin embargo fracasó negándole tres veces a su Maestro
Moisés Arriesgó rescatar a su nación y fracasó matando a un soldado egipcio etc
¡No debemos tener miedo al fracaso!

II. EL MIEDO AL DESALIENTO


          La segunda tormenta dentro de nosotros que puede provocar que nuestra actitud se “estrelle” es el miedo al desaliento.
Daré un vistazo a Elías (1 Reyes Cap. 18-19)  Nunca un hombre de Dios tuvo un momento de mayor alegría que el que tuvo él en el monte Carmelo. Fue un hombre de:
Persistencia, fe, poder, obediencia y la oración efectiva caracterizó  a Elías cuando estaba frente a los adoradores de Baal. Pero esa victoria de 1 de Reyes 18 fue seguida por un desaliento en 1 de Reyes 19. El temor y el desaliento reemplazó la fe (se escondió en una cueva)
El desaliento nos hace ver menos de lo que somos, Elías decía: No soy yo mejor que mis padres.
El desaliento nos hace evadir nuestras responsabilidades, Elías se escondió en la cueva deseaba morir
El desaliento nos hace culpar a otros por nuestros apuros, Elías decía: Los hijos de Israel han dejado tu pacto y sólo yo he quedado

          Para enfrentar al desaliento debemos tener una acción positiva. ¡Enfrente el problema! Cuando se siente desalentado actúe, nada nos libra del desaliento mas rápidamente que dar pasos positivos hacia la solución del problema.
Cuenta un poeta que caminando por su jardín vio un nido de pájaro en el suelo. La  tormenta había sacudido el árbol y desbaratado el nido. Mientras veía el poeta con tristeza sobre la destrucción del hogar del pajarito, levantó la vista y lo vio haciendo uno nuevo en las ramas. ¡Qué lección increíble para nosotros los seres humanos!
Cómo Pastor, consejero y mentor quiero alcanzarles algunas sugerencias prácticas para aquellas personas que son propensas a desalentarse muy rápido.

-         Nunca te deas por vencido mientras sepas que tienes la razón
-         Cree que todas las cosas obrarán a tu favor si te sostienes hasta el final
-         Ten  ánimo y no desmayes frente a las probabilidades
-         No permitas que nadie me intimide, ni te separe de tus metas, proyectos.
-         Obtén  fe y fortaleza al saber que todos los hombres y mujeres con éxito lucharon contra la derrota y la adversidad

Estimado Lector. Tú vales, y…mucho. Es por ello que aún en medio de tu situación, puedes confiar en que Dios está disponible para asistirte. Después de todo él ha invertido bastante en ti y no ha determinado contigo aún.
Recuerda que ¡Tú vales! En ti está la energía, la vitalidad, la fuerza. Eres como una piedra preciosa que necesita ser pulida para convertirse en una joya bella y valiosa. Lo que Dios desea para ti es lo mejor. El quiere que uses tu inteligencia y tus capacidades intelectuales para el servicio de Dios… ¡Tú vales!
Talvez hayas escuchado la historia de John Stephen Akwari, el corredor de maratones de Tanzania que quedó en el último lugar en las Olimpiadas  de 1986 en México. Ningún corredor que ha terminado en  último lugar ha quedado tan atrás. Se lesionó mientras viajaba y entró al estadio cojeando con la pierna ensangrentada y vendada. Había pasado más de una hora desde que el resto de los corredores terminó la carrera. Sólo quedaban unos cuantos espectadores en las gradas cando John terminó de cruzar la meta, cuando le preguntaron porque siguió corriendo a pesar del dolor, John contestó: “Mi País no me envío  a México a INICIAR la carrera. Me envío a TERMINARLA” ¡Qué impresionante lección de este atleta!...Amigo, hermano ¡Sigue corriendo!

          El que debió estar deprimido y desalentado era Jesús. A lo suyo vino y los suyos lo rechazaron. Su familia no creía en él. Fue insultado, bofeteado, negado y traicionado; sin embargo nunca fue a buscar al Psiquiatra o al Psicólogo de Jerusalén. Si has fracaso, no te sientas inútil, ¿Recuerdas a Juan Marcos que abandonó la misión? (Hechos 15: 36-41), este joven fracasó  en sus inicios de su ministerio, sin embargo vemos a un Apóstol Pablo que no le dio una segunda oportunidad, porque fue considerado un inútil y hasta un estorbo y un fracasado.
Juan Marcos el que antes era un inútil, un estorbo y un fracasado ahora es UTIL para el ministerio del que lo rechazó, me refiero al Apóstol Pablo (2 Tim 4:9-11)

          Lastimosamente en América Latina se está  viviendo aún tiempos de dictadura pastoral, de caudillos y manipuladores que ocasionan heridas irreversibles en la feligresía. Pastores que no tienen una visión de liderazgo, y que “aplastan” los sueños de muchos jóvenes latinoamericanos. ¡Basta ya del abuso! El mundo necesita de personas que tengan ese espíritu de superación, de tolerancia, de perseverancia y de lucha, que podamos marcar la diferencia.
 ¡Tú puedes! ¡Tú puedes! ¿Te han considerado un inútil, un fracasado y un estorbo?  Pues no lo eres… se viene el ocaso de los pastores abusivos, mentirosos, caudillos, hipócritas y religiosos… ¡Tú Atrévete a marcar la diferencia! Y demuestra en tu ciudad o país que si se puede.

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